¡Retomando la senda de Dios!

¿Dónde estoy? ¿Qué lugar es este? ¿En qué momento me aparté del camino?
Debo regresar a ese lugar donde una vez tuve la paz, la esperanza, la felicidad.

Ha llegado el otoño, muchas hojas secas por el intenso verano llevadas por el viento, solo quiere decir que puedo estar cerca. Mi alma no soporta este desierto.

Te perdí como quien pierde el mapa de su tesoro. Casi te tuve en mis manos pero muchos espejismos me marearon. Mi alma está inquieta, y quiere regresar, quiere retomar la senda de Dios, esa senda donde había un riachuelo hermoso, ese riachuelo manso y apacible, donde los árboles desprenden dulces manjares, y la fragancia de las flores es jazmín y violeta, donde mi alma se funde con el agua y el viento; recorriendo tu presencia. 


¡Sendero mío, quiero regresar a ti! quiero pisar las hojas secas, quiero respirar tu aire, quiero bañarme en las aguas de tu riachuelo.

Sendero mío, me aparte de ti, tú que tanto me diste, tú que recreaste a mis ojos con tus hermosos paisajes.

Sendero de Dios, sendero mío, déjame jugar con tus piedras,  quiero sentarme bajo la sombra de aquel árbol donde leía la palabra, donde alimentabas mi vida.

Quisiera regresar a ti antes de que mi corazón perezca en estos espinos secos y áridos. 


¡he vuelto al Sendero Apacible de Dios, he vuelto a la Senda antigua!
Muy pronto

 Estoy fatigado, lleno de angustia y dolor,  porque no encuentro el camino, aquel por el que una vez anduve, desesperación embargó mi ser cuando reaccioné y vi, que estaba lejos de ti, ahora transito por este sendero que seguro conduce a ese hermoso riachuelo, tengo sed y la única forma de obtenerla es conduciéndome al manantial, mis pies pueden sentir el húmedo suelo, la tierra esta un poco mojada, aquí hay aguas subterráneas, y quiero descubrirlas para refrescar mi alma.  



Señor tu eres agua subterránea, aunque no te veo estás recorriendo todo mi ser, todo mi espíritu se regocija al experimentar esta maravillosa sensación dentro de mi. Agua viva que salta para arriba como fuente que irrumpe mi ansiedad, y conviertes mi ambiente en un estado de paz indescriptible.



Por un momento pensé que no volvería a encontrar la senda, pero tu amor y tu misericordia han logrado que vuelva a mirar el sendero de tu verdad y rectitud.

  Muéstrame más, quiero conocerte a profundidad, quiero romper las rocas para liberar tu agua cristalina.

Mi alma esta sedienta de ti.